Como parte de la campaña Las 7 Mentiras del ELA, continuamos desmintiendo el siguiento “principio” esbozado por Alejandro García Padilla:

El ELA es soberano sobre todos los asuntos que no gobierna la Constitución Federal.

El único argumento legal a hacerse para justificar la soberanía del Estado Libre Asociado sobre asuntos que no gobierna la Constitución federal es basado en la décima enmienda a ese documento, aprobada en 1971.

La décima enmienda lee, “los poderes no delegados a los Estados Unidos por la Constitución, ni prohibidos por ella a los estados, están reservados a los estados o al pueblo.” Este lenguaje ha justificado oposición a varias leyes federales, incluyendo la reforma de salud.

No obstante, la décima enmienda no rige la relación entre Puerto Rico y el gobierno federal. En Balzac v. Puerto Rico, el juez presidente Taft dijo que es por localización que se dicta la aplicabilidad de la Constitución y no por la ciudadanía de sus residentes. De esa manera, justificó la discriminación a Puerto Rico y la doctrina de separados y desiguales.

Alejandro García Padilla debe pensar que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos no gobierna en Puerto Rico; que sus decisiones no nos rigen como territorio estadounidense. Claro, en el país de las maravillas donde viven los estadolibristas, Puerto Rico no es un territorio siquiera. Es por eso que García Padilla fue tan descarado como para tronar estas 7 mentiras ante sus seguidores.

Si la décima enmienda aplica en Puerto Rico, es sólo para limitar nuestra autonomía. Nuestros derechos bajo la décima enmienda, si articulados alguna vez, leerían: “los poderes no delegados a un territorio no incorporado de los Estados Unidos por la Constitución simplemente no existen.” En el caso de Puerto Rico, nuestra autonomía está sujeta a capricho congresional en virtud de la cláusula territorial de la constitución. Nuestras leyes son revocables. Nuestro gobierno existe sólo mientras cuente con aval congresional.

Si García Padilla conoce estos hechos básicos e irrefutables, debe hacerse responsable por su distorsión de la situación legal entre Puerto Rico y el gobierno federal. Si no los conoce, esperamos que visite nuestra página y se instruya. La dignidad de nuestra gente depende de su honestidad en este asunto. No es tarde para que este candidato y su partido retiren estas 7 mentiras.

 

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